Una asamblea internacional comienza a preparar en Bruselas una gran marcha para lograr el "efecto dominó" de la indignación en toda Europa.
De los alrededor de medio millar de los indignados congregados, en su mayoría belgas y españoles, medio centenar se negó a abandonar el lugar, sentándose en el suelo a pesar de las advertencias de la Policía federal, que acabaría deteniéndolos pasadas las 11 de la noche. Según miembros de la organización de la asamblea, que es el primer acto de una semana de actividades, varias de las personas que se negaron a abandonar el parque habían llegado a Bruselas a pie tras una marcha de casi 2.000 kilómetros iniciada en Madrid a finales de julio.
Su llegada al parque alrededor de las siete de la tarde había desatado el júbilo general. Los peregrinos, recibidos al grito de "Nous sommes indignés, indignés, indignés!" eran una parte fundamental de una asamblea internacional cuya principal misión es preparar una gran manifestación para el sábado que viene. En la asamblea que siguió a la conformación del grupo de indignados participó una portavoz policial, que recordó la prohibición legal de acampada libre en el país y las reglas del espacio protegido. Además, la portavoz ofreció en nombre de las autoridades belgas un edificio de la universidad para que los indignados pudiesen dormir a cubierto y con acceso a baños y electricidad. La mayoría decidió aceptar la oferta, ya que las autoridades aseguraron que las asambleas y talleres podrían celebrarse todos los días en el parque escogido por los indignados.
Hora y media después de que concluyese la asamblea, la Policía retiró las tiendas de campaña y acabó deteniendo a las personas que se negaron a abandonar el parque. Los arrestos ascienden a 48, según confirmó la Policía a Publico.es. Aunque la Policía eludió especificar nacionalidades, la organización asegura que la mayoría son españoles. "En Bélgica tenemos reglas. Este es un parque protegido y más tarde de las diez de la noche no puede haber reuniones ni ruido", aseguró el comisario en jefe, Johan de Becker.
"La lucha no ha hecho más que comenzar"
"Tendremos que reflexionar sobre nuestra conducta", aseguró Susana Sanz, una de las participantes en la asamblea, llegada de Madrid. "Es una pena que todo el trabajo hecho quedeempañado por esto", añadió. La Policía tiene previsto permanecer en el parque durante toda la semana y no descarta que mañana los hechos vuelvan a repetirse, ya que las detenciones, por desacato a la autoridad, no pueden prolongarse más de 12 horas. Sanz confía en que las actividades se puedan llevar a cabo con normalidad en los próximos días para dar al movimiento visibilidad internacional.
Para ello, los indignados cuentan con personas como Pepe, que como la mayoría prefiere no precisar su apellido. Se echó la mochila al hombro a finales de julio en Madrid. Ayer, al llegar junto a un grupo de "60 o 70 personas", confesó estar sorprendido por el "buen ambiente y la comprensión" de los jóvenes belgas.
No se enfrentan "a un paro enorme" como los españoles, pero "tienen motivos para estar indignados", aseguró. Según Etienne, estudiante universitario, "los recortes que vemos en países como España o Grecia llegarán aquí en unos años. Es más, saldrán de aquí, porque aquí están las instituciones que los deciden sin consultar", se lamentó.
"Es una pena que todo el trabajo hecho quede empañado por esto"
"Lucha contra la apatía"
Durante toda la semana habrá asambleas, talleres, y proyección de documentales. "Es una lucha contra la apatía", resume Sanz, que cuenta con la experiencia de haber participado en la comisión de Internacional en la Puerta del Sol.
¿Es una lucha también contra la apatía propia? Según ella, "la visión que se tiene desde fuera y en los medios es bastante sesgada". "Hemos estado trabajando desde que comenzó el movimiento y está muy vivo. Ahora vamos a intentar que se produzca un efecto dominó en Europa", confió. Alba, voluntaria en una ONG, no lo tiene tan claro. "Culturalmente, sociedades como la belga son menos dadas a oponerse a las normas. Tampoco aquí o en otros países hay los problemas que tenemos en España".
Según ella, es necesario que los ciudadanos europeos vuelvan a tomar posesión de sus derechos, comenzando por el de la expresión de su descontento. Cerca de Alba, dos italianas, Debora y Mónica, lo tienen más claro cuando son preguntadas por sus motivos. "Somos italianas, ¿hoy es necesario algún motivo más?", resume Mónica.
"Necesitamos visibilidad, internacionalizar el movimiento", asegura Sophie, estudiante belga que colaboró en la organización del programa de actividades. "La lucha no ha hecho más que comenzar", anuncia.
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